4 de julio de 2011
Fanny Lu dice que no es de esas mujeres que le gustan sufrir
Se le hace la boca agua por probar una manga poma. Le dicen que no hay cosecha, pero ella insiste en seguir probando las delicias de su ciudad. Ya comió chontaduro, pandebono, mango biche con sal.
Para Fanny Lu, Cali es una delicia. Hace dos años que no venía, pero dice que extraña la comida, el aborrajado, la lulada, el clima, la gente, todo. Y en medio de todos sus recuerdos, El País es una estación obligada para esta caleña, egresada del Colegio Bolívar.
Sigue con la fusión, ¿no se ve cantando baladas?
No soy baladista, qué pesar porque es un género hermoso. Hice una balada con Noel Schajiris, que le escribí a mi padre, quien murió hace muchos años y a quien extraño todos los días de mi vida. Ahí le pido a Dios un minuto más con mi papá para decirle muchas cosas que no le dije. Esa balada me salió del alma, del corazón. Pero cuando me siento a escribir necesito vibrar, moverme, fusionar, y que suenen pitos y acordeones. La balada con eso no pega, toca más lenta. Y yo no soy calmada.
¿A quién le dedica ‘Fanfarrón’?
A algunos fanfarrones que han pasado por mi vida. Hombres que presumen lo que no es, que dicen mucho y hacen poco. De esos me han tocado algunos. Así que hay que decirles adiós.
¿Cuál es su definición del fanfarrón?
Ese que promete mucho y sale con un chorro de babas, que te ilusiona a punta de cuentos falsos. En Colombia conocemos muchos fanfarrones no sólo en el amor, que hacen promesas que no cumplen, jefes o políticos.
¿Por qué siempre sus canciones son en contra de los hombres?
Pero no estoy en contra de los hombres, sino de un tipo de hombre, que hace daño, que no valora a la mujer. Porque tengo una actitud muy feminista y me han pasado cosas en mi vida que me han enseñado lo que quiero y lo que no quiero. Y cuando me siento a escribir, para mí es delicioso escribir canciones con esa actitud. Yo no soy de sufrir, de llorar, ni de cortarme las venas. Yo hablo de desamor, pero de un desamor triunfal, que te deja una enseñanza y te vuelve una mujer más fuerte con la capacidad de salir adelante sola y decir ‘no más’. Esas mujeres que se quedan en sus hogares por más de que les pegan, las tratan mal y les son infieles, eso no tiene por qué existir. Tenemos que sacar a relucir esa fortaleza a la hora de exigir.
¿Si no quiere que le manden flores, qué prefiere que le den?
Detalles, besos, caricias, una llamada cuando menos te lo esperas, eso.
¿Cuál es el peor chisme sobre usted?
Lo de los divorcios cada seis meses.
¿Y qué tan cierto es? ¿Sigue casada?
Nunca es cierto. Mi vida personal la mantengo muy mía, nadie sabe nada.
¿Cuántas veces la han divorciado?
Muchas. Y hasta mis propias amigas me llaman a preguntarme si es cierto o cuando nos encontramos, me dicen con una cara de lástima: “Qué pesar, supe que te divorciaste”. Yo vivo eso con tranquilidad, no tengo ni idea de dónde lo sacan, pero finalmente todo pasa. Mi vida privada es mi vida privada y me gusta mantenerla así.
¿Cómo es de mamá? ¿Tiene dos hijos?
Me gusta mantenerla así... (Risas). Yo soy una mujer mujer, como esposa, como mamá, como artista...
¿Qué tan adicta es a la tecnología?
Mucho. Dependo de ella, para estar cerquita a mi casa. Vivo agradecida con Steve Jobs. Estoy en contacto con todo el mundo, a toda hora. Ahorita ando con esto (el Blackberry), pero también tengo el iPhone, el iPad, el iPod.
¿Y en qué momento se desenfucha?
Nunca, ni cuando me voy a dormir. Me angustia, porque ¿y si me necesitan?, ¿si algo pasa? Sólo me desenchufo cuando estoy en mi casa y tengo mis seres amados a mi alrededor.
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