15 de septiembre de 2011

Fanny Lu hace realidad su sueño


Fanny Lu pensaba que iba a ser ingeniera. No lo fue. Hizo también de modelo, de presentadora de televisión, trabajó en radio y hasta fue actriz de telenovelas. No se quedó ahí. ¿Mariposa que va de flor en flor? Más bien mujer camaleónica que desde el 2006 le encontró la comba del palo, la horma de su zapato: la música.

Casi cinco años después de haber debutado en el mercado discográfico, eso fue con Lágrimas cálidas, la colombiana puede decir, a pierna suelta, que vive su sueño.

Y lo vive con el éxito que reafirman los números: su álbum debut vendió más de un millón de copias y, el siguiente, el Dos (2009) colocó más de dos millones; sencillos como No te pido flores, Y si te digo y Tú no eres para mí la sentaron a la cabeza de las listas y, ahora, que anuncia que para fin de año aparecerá su tercer disco de estudio, el cuento no es, para nada, diferente.

En junio publicó Fanfarrón, punta de lanza del disco que se llamará Felicidad y perpetua, y en seis semanas llegó al número uno en Colombia y ya lo hace en otros países.

¿Dónde está el secreto? Quizá no hay secreto, no hay misterio; quizá hay trabajo acertado en una posición inteligente: dejarse llevar, pero no dejarse etiquetar.

La fusión a partir de la experimentación es la clave, y eso lo sabe, y lo cuida, y lo confiesa Fanny Lu.

Embajadora de Buena Voluntad para la FAO en el proyecto Telefood, Fanny Lu parece estar en un buen momento de su carrera, que a todas luces describe como “un sueño” y no como un capricho.

De eso habló Fanny Lu ayer en entrevista telefónica con Viva.

Así que viene un tercer disco en su carrera. Eso está claro con la rotación del sencillo Fanfarrón.

El nuevo disco se llama Felicidad y perpetua y saldrá a final de año. Estoy muy contenta porque Fanfarrón ha sido muy bien recibido en los países y sé que está sonando en Costa Rica y ojalá esto nos sirve para volver pronto por allá.

Bueno, Costa Rica parece apreciar su trabajo. Ha venido ya en varias ocasiones y con éxito.

Pues sí. Siento que tengo una conexión bien grande con Costa Rica y he ido muchas veces. Recuerdo que he estado varias veces en (las fiestas) de Palmares (Alajuela). No he dio desde hace año y medio, así que ¡ya toca!

Tiene el antecedente de dos discos exitosos (Lágrimas cálidas y Dos). Enfrentar un tercer disco con esos hechos encima puede generar mucha presión. ¿Cómo manejó eso de que llegar no es difícil, lo difícil es mantenerse?

Hay que tener siempre la conciencia de la necesidad de estarte reinventando; de estar exigiéndote a ti misma, sobre todo en la parte creativa. Yo digo que hay dos posiciones que uno puede tomar: ser pasiva e irte por el mismo estilo siempre o tomar riesgos de encontrar propuestas diferentes.

”Este último es el camino que he tomado. Siempre buscando fusiones y sonidos que, siendo fiel a mi estilo, puedan darle una dinámica y enriquecer mi música. Cada producción es para mí un reto en ese sentido: encontrar fusiones que hagan que mi música sea fresca y yo crezca como artista”.

Eso que está diciendo me lleva entonces al sencillo Fanfarrón. Tiene una base de música de banda, además de aires carnavalescos y por encima un pop. Y esa fusión no se la habíamos escuchado antes. ¿Cómo llegó esa sonoridad a usted o usted a esa sonoridad?

De esas sesiones de composición divertidas que he tenido en la vida una ha sido Fanfarrón. Fue una tarde de libertad total, de experimentar en el estudio, de ir incorporando sonidos así en el momento.

”Es cierto lo que dices. Hay una banda y es una banda de guerra, de esas bandas universitarias que ves en las manifestaciones, y esa es la esencia de la canción, con unos coros, como dices, muy alegres, tipo barra futbolera. Y ese día que estábamos componiendo teníamos una energía particular.

”Promuevo en mi equipo de trabajo que compongamos con libertad de pensamiento, y con la apertura de encontrar cosas que no nos imaginamos, y de hacerlo directamente en el estudio para oírlo y experimentarlo ahí y no para imaginarlo. Eso nos permite improvisar sobre las pistas, y fue divertido encontrar este sonido de Fanfarrón”.

¿Entonces, Fanfarrón es un buen representante de la sonoridad general del nuevo álbum?

Claro. Es un disco que viene contagiado de cosas así. De cosas diferentes, de géneros y sonidos fusionados. Tiene merengue y mambo, y música electrónica pasando por reggae, ska, elementos de música urbana, cumbia... Y todo enmarcado en que sea alegre.

Siempre sus discos son alegres.

Es que mi objetivo máximo es que sea música alegre; que sea divertido, que esté arriba, que sea rumbero.

¿Por qué? Hay gente que apuesta por el dolor, el desamor, la melancolía, la distancia...

Apuesto por la música alegre porque crecí en ese ambiente. Crecí en Cali, que es una ciudad muy tropical y fiestera. Crecí muy influenciada por esa música.

”La música siempre fue un medio de escape en mi vida. Si me sentía triste, si me sentía aburrida o cansada, la música era un motivador. Y me gusta que mi música dé esa sensación de alegría, que invite a bailar, a moverse, a sonreír; que motive a estar alegre. Siempre soñé con eso y, además, eso es lo que necesito, lo que me pide el cuerpo, el oído y mi espíritu; que mi música inspire una buena vibra”.

Tengo entendido que el nuevo disco trae diez temas y algunos están coescritos por usted.

Todos. Me meto mucho porque para mí la música tiene que ser casi como mi huella digital. Tan propia, tan tuya como eso; y para que sea así tienes que estar muy involucrada y por eso coescribí los temas y también coproduje el disco y estuve también encima de los arreglos.

He intentado muchas veces grabar canciones que no son mías o de pedir canciones a otros, pero no encuentro en ellas mi lenguaje. No encuentro sus mensajes, ni mi frecuencia. Si la canción no está hecha por mí, siento que no me representa tan bien. Por eso, me meto en hacer mi música, porque, de lo contrario, no puedo defender las canciones en una tarima”.

Entonces sí está convencida de que “por eso yo me convencí, que más vale estar sola que engañada por ti”, como canta en Fanfarrón.

Sí. Mis canciones son un reflejo de mis experiencias de vida y de lo que he percibido a mi alrededor.

No importa de cuál disco sea una canción suya, al oírla uno dice: ‘esto debe ser colombiano’. Colombia parece estar muy claro en su trabajo versus otros artistas que prefieren sonar a algo que no sea de su país. ¿Es adrede esto de que Colombia esté tan presente en sus trabajos discográficos?

Nunca me he propuesto como objetivo ‘tengo que sonar colombiana’, pero siempre eso ha estado implícito en mi música, y me encanta que lo perciban y lo sientan.

”He trabajado con mucha gente de afuera, pero siempre he involucrado mucho talento colombiano a mi trabajo, así que seguro esa vibra de lo colombiano se siente”.

En varias ocasiones ha dicho que su carrera como cantante ha sido cumplir un sueño, no un capricho. ¿Sigue siendo así?

Ha sido mi sueño desde chiquita; cantar era lo que quería hacer. Tomó muchos años el llegar a donde estoy pero valió la pena. Creo que con perseverancia es como se construyen los sueños; creo que la vida está hecha para vivir los sueños, así te despiertas todos los días con la felicidad de estar haciendo lo que, realmente, quieres hacer.

”Con terquedad e insistencia, llegué a cumplir ese sueño mío de niña que era ser cantante. Y mi gran terquedad ahora es quedarme por siempre dando mejores canciones y mejores cosas cada día. Y encontrar siempre ese refugio en la música que he buscado”.

¿Cuán fundamental ha sido para usted las causas solidarias y comunitarias como la campaña Telefood, de la FAO?

Ha sido muy importante. Eso te vuelve más humano, mejor persona. Poner tu talento al servicio de las causas es una forma de agradecerle a la vida lo que te ha dado.

”La campaña de Telefood es especialmente importante para mí, porque el hambre es un mal silencioso y permanente, que a veces olvidamos cuando nos ocupamos de tragedias mayores.

”Hay que recordarle a la gente que este mal existe y que necesitamos un mundo más justo. Y como Embajadora de Buena Voluntad, espero cada día hacer más presencia para lograr eso. ¡Qué bonito que la música sea un canal que me permita tocar oídos y corazones para una justa causa!”.

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